viernes, 16 de marzo de 2012

¿Algún día este mundo será perfecto?

Hace un rato, mientras estaba tirado en el sillón debatiéndome sobre si ir a comprar cigarrillos o no, un amigo (quizás víctima de un momento de iluminación) me regaló una canción que yo tenía un tanto olvidada. Digo me regaló, porque creo que hay músicas que se prestan, otras que se lanzan, muchas que se comparten, algunas que se escupen y otras que se regalan para que uno entienda que, todavía hay gente que se acuerda que el arte nos alimenta un poco y a veces, hasta nos salva la vida. Lo cierto es que bajé, compré los puchos, volví a subir y sin nada que hacer, me dispuse a abrir mi presente. Las notas salieron primero del piano, después del bajo, enseguida se les sumó la bata y después, después todo se transformó en genialidad. Porque creo (es una apreciación personal) solo Serú Girán construye algo así. "Quiero despertarme en un mundo agradable/quiero darme libertad/ya no quiero dar lo que no tiene sentido/solo quiero aquí estar". Así de simple, así de hermoso, así de cierto. Me quedé pensando, en el tema, en el mundo, en todo un poco digamos. Y hasta me autopregunté,¿tan difícil puede ser? ¿tan hecho mierda está todo? a veces me resigno y pienso que sí, que quizás solo hay que sentarse a esperar.
Se hizo de noche. En la tele siguen hablando del asalto al blindado, del crimen de Matías, de la pena de muerte y la mano dura. Y mientras tanto, otro Matías está siendo asesinado en algún lugar de este país. El crimen de un pibe nos tiene que doler, nos tiene que conmover pienso, pero sería justo que nos joda en la misma medida que la desaparición física de Micaela, la niñita baleada en el barrio La Gloria. Pero no es así, porque en un mundo dominado por pocos, en esta realidad equivocada, las vidas de dos pibes no valen lo mismo. Y yo lo que quiero es justicia para los dos. Pero si todos no intentamos ser un poco más justos la cosa no funciona. Si tenés poco, poco valés. Si no cotizás materialmente no existís y ahí es cuando tu muerte no le importa a nadie. Así como a los hijos de puta que mataron a un pibe que recién arrancaba a vivir no pensaron en nada más que escapar y llevarse la guita, los medios miraron para el costado cuando una bala terminó con la vida de una nena que también daba sus primeros pasos. La diferencia, estuvo en las clases sociales a las que pertenecían. Y en este mundo, sabemos, eso pesa e inclina la balanza.
Vivimos enfermos. Andamos por ahí juzgando y de vez en cuando hablamos de derechos humanos, de justicia, de mano dura, de pena de muerte. Rara vez pensamos en la educación, la igualdad. Nos permitimos libremente decir negros de mierda,chetos de mierda, pobres de mierda,ricos de mierda, judíos de mierda, chinos de mierda, indios de mierda, turcos de mierda, católicos de mierda. Y así, el mundo termina siendo un gran inodoro donde solo esperamos que alguien tire la palanca para irnos a un lugar mejor. Mientras tanto,los asesinatos aumentan y nosotros seguimos hablando de pena de muerte. Parece que no aprendemos que a este mundo solo lo podemos cambiar con amor, con educación, con salud, con igualdad. Demasiada muerte tenemos y tuvimos para querer más.
¿Tan hecho mierda está todo? yo creo que no. Todavía quedan restos de humanidad y se ven reflejados en las miles de pupilas que quieren algo distinto. Nos debemos más amor, respeto, alegría. Nos debemos justicia, pero no en un sentido jurídico, sino en un sentido humanitario que es darle la oportunidad a todo pibe que nace de ser feliz. Le debemos a Matías y a Micaela un mundo mejor que el que dejaron...

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