viernes, 31 de diciembre de 2010

2010 año raro...camino claro...

El tiempo se detiene. A veces avanza más rápido de lo que esperamos. Se desliza en nuestras manos tal arena de playa. El tiempo transforma, se ríe con el viento, avanza y retrocede sin dar aviso. Nos demuestra lo efímeros que somos, lo poco y lo mucho que puede llegar a durar todo. En un año nacemos, crecemos, morimos para volver a nacer al siguiente. El tiempo nos demuestra cuan vivos estamos o cuanto queremos estarlo.
El 2010 fue un año extraño. Para los que nos fanatizamos con la redonda, el mundial era un sueño posible, más, si tenemos en cuenta que en el banco estaba esa especie de d10s terrenal, pobre, lleno de defectos como lo es Diego. La eliminación mostró la crudeza del gen argentino, esa inentendible paranoia de crucificar a quien no sale primero. La realidad mostró que España fue el mejor, porque fue el único que se animó a jugar el fútbol que tanto extrañamos, el de la pelota al piso, el de la picardía y el toque cortito.
La televisión no cambió demasiado, Rial vendió basura todo el año y como de costumbre, la gente la compró. Tinelli continuó desarmando la cultura argentina cuando "sorprendió" a todos con la victoria de la mole. TN y companía mejoraron en su teatralización cotidiana al bombardeanos con mentiras infantiles, dignas de estudiantes de periodismo. Los Tenenbaum, los Lanata, demostraron que la mayoría de las personas tienen un precio, aún aquellos que habían conseguido algo invaluable en estos días, respeto. Sin embargo, un programa que nos muchos reconocían en los albores del año comenzó a crecer, que no es lo mismo que creer, pero en este caso podría usárselo como sinónimo. 678 demostró como un punto pequeño en un mapa gigante puede ser importante. Nos recordó que se puede ganar de visitante, incluso contra los clubes grandes. Humilló a la corporación comunicativa más importante del país. Desvitió cada una de sus mentiras y puso sobre la mesa algo que necesitabamos hace mucho, la posibilidad de pensar y debatir. La señora Legrand mostró lo que piensa un sector de la sociedad, que no es ni más ni menos, que el conjunto de gente que no piensa, no lee, y no se ensusia los pies para ver la realidad. Por lo tanto quizás aca se me presenta la primera encrucijada del año. No se si me preocupa que la clase media alta sea tan ignorante o si en realidad su ignorancia es lo que hace que no me preocupe, porque en fin, ellos dependen de nosotros.
LLegar a mi ciudad luego de estar todo el año en mendoza fue algo impactante, curioso. No se si maduré, si aprendí a ver la realidad de otra manera o si simplemente ocurrió. Lo cierto es que llegar al lugar en el que me crié me terminó de abrir los ojos. Recuerdo años anteriores en los que mi querido Roca parecía un pueblo fantasma. Los locales cerraban, la gente se iba. Hoy estamos más cerca de ser una gran ciudad que aquel abandonado suburbió argento, y según me cuentan lo mismo sienten miles, millones de argentinos en otras ciudades. Algunos abren su localcito, otros pueden cambiar el auto, muchos consiguieron tener su casita por primera vez. Los chicos están contentos porque no tienen que dejar la escuela para que puedan ir sus hermanitos. Los pibes tienen acceso cada vez a más propuestas culturales, hasta se animan a emprender el sueño de ser músico, algo imposible hace algunos años.
Sin embargo, como decía al principio, el 2010 fue un año extraño. Estamos mejor, mucho mejor que antes y eso debe poner felices a todos. Quizás los que antes tenían un poco más, ahora tengan un poco menos, pero eso hizo que los que no tenían nada, ahora tengan un poquito y creo que de eso se trata, de salir adelante juntos. Pero a pesar de todo lo positivo debo reconocer que me siento vacío, y es que todavía no puedo llenar ese espacio que caló en mi pecho la partida de Néstor. El 2010 despidió a uno de los grandes argentinos, a un tipo sencillo, cercano aún para los que no lo conocimos en persona. Se fue uno de los pocos presidentes que pensó y vivió siempre para su país, sin importar quien estuviera en frente. Néstor Kirchner nos devolvió el oxígeno a los pibes, a nosotros, que estábamos agonizando en las salas de terapia intensiva menemistas. Néstor Kirchner me permitió sentirme orgulloso de mi país, y por eso no puedo dejar de pensar que en este aspecto el 2010 fue una mierda. Supongo que el 2011 me recompensará y me regalará una Cristina más viva y fuerte que nunca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cada uno prospera y crece apuntando hacia donde quiere. la cosa es que empujemos todos!
me gusta q vos veas bien tu horizonte enanito!
abrazoooooooooo
el trapo