jueves, 29 de septiembre de 2011

Noticias de mierda

En la repartija diaria de noticias,que no son aquellas que la tele escupe diariamente guiadas por las leyes del mercado comunicativo, sino que hablo de las novedades que llegan sin filtro, sin frases hechas, sin intereses perversos, solemos desayunarnos con noticias de mierda, y lo digo así, casi sin tapujos, porque no existe otra manera de llamarlas. Quizás, ande sugestionado por tanto dolor e injusticia alrededor del mundo, pero suelo sentir que las verdaderas desgracias le suceden a la buena gente y siempre pasan de largo por el andén de los garcas.
Hoy, mientras pispeaba por la ventana las nubes y el cielo (un tanto por curiosidad y otro tanto para ver si el sevicio metereológico se había equivocado por tercer día consecutivo) sonó el teléfono. Y ahí, estaba lo que contaba anteriormente. La situación se repite circularmente sin que nunca la llegue a entender. Porque a decir verdad, el escenario es siempre el mismo. El protagonista es alguién noble, que la pelea en el barro para salir adelante y que, como dicen por ahí, "no se mete con nadie". Pero esta vez, osea hoy, la injusticia fue demasiado grande. La mamá de un amigo (por no decir hermano) perdió a su bebé. La voz triste, vacía de tanto dolor, me entristeció a tal punto, que me encontré ante la imposibilidad de decir algo más que lo siento tanto y algún balbuceo más. Me quedé un rato en silencio pensando, reflexionando, ahogado todavía por la noticia. A veces pienso que solo cuando nos enteramos que algo grave que le pasó a alguien cercano, tomamos verdadera dimensión de lo que es realmente esencial. Lo triste, es que el resto del tiempo, (que lamentablemente es el que ocupa veintitres de las veinticuatro horas diarias) estamos inmersos en lo que a mi me gusta llamar letargo cotidiano.
La vida tiene la estúpida capacidad de pegarle duro a gente que no se lo merece. Supongo que la balanza justiciera de la que tanto hablan algunos, anda descompuesta, o Quizás, el tiempo ponga las cosas en su lugar a su debido momento. A veces pienso que la gente de traje y ojos turbios no recibe de las malas porque no tienen la capacidad de sentir, entonces el dolor no sería un castigo, vaya uno a saber.
Lo que jode es que perdimos otra vez. La familia, ni hablemos, no existe algo ni siquiera para acercarse al sentimiento que produce tal vacío. Y yo, yo siento que también perdí. Cuando sufre la gente que te rodea una parte de vos se va con ellos para intentar apaciguar el hueco que genera una pérdida. En realidad, diría que perdimos todos,porque aunque quien lea esto no sepa de quien hablo, creanme, perdimos todos. Esa personita que se nos fue, iba a hacer de este lugar un mundo mejor, lo digo porque lo vi siempre en la mirada de su familia. No me acostumbro a las noticias de mierda, tanto dolor dando vuelta hace mal.

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